El primer viaje del año, tras un complicado 2024 en el que no he podido viajar más que a mis lugares habituales, no podía ser otro que a Barcelona, una ciudad que forma parte de mi geografía sentimental junto con Berlín, y a la que no me canso de volver.
Comenzamos el viernes 3 en LA SOSENGA (Gótico), un restaurante que ha tenido mucha repercusión en prensa y redes últimamente y que ofrece un menú degustación a un precio razonable (hasta noviembre eran 26€, a partir de entonces 32€) sin bebida, con lo que se pone en cerca de los 40€. Cocina catalana tradicional reinterpretada con acierto.Algunos detalles mejorables, pero en general buena experiencia. Por la noche improvisamos un tapeo informal al lado de nuestro alojamiento en un bar de tapas modernillo, EL VITI (Paseo de Sant Joan), que sin estar mal no merece el desplazamiento.
Sábado: NAIROD (Eixample). Producto y originalidad en su preparación. Una sala pequeña y cuidada y una carta más pequeña aún. En general, recomendable.
Domingo: comimos en el japonés SHUNKA (Gótico), desde nuestra visita hace unos años a KOY SHUNKA, su hermano mayor, quedamos con ganas de probar su propuesta. Merece la pena reservar en barra. Buenos nigiris y tempura a un precio muy razonable. Por la noche al salir del Palau de la Música tenía curiosidad por probar el Kartoffelsalat de ALT HEIDELBERG, cervecería alemana con más de 90 años en BCN (salchichas y platos básicos alemanes). Una decepción. No he encontrado aún un Kartoffelsalat decente en España.
El lunes nos acercamos al Raval para conocer SUCULENT, interesantísima propuesta con platos innovadores. Nos gustó todo (menos la zona). Muy recomendable. Cenamos en casa de unos amigos para celebrar el día de Reyes.
Martes: comimos en L’ARTESANA POBLENOU, un restaurante que teníamos recomendado por su buen menú del día. Merece la pena pedir sus platos con suplemento (comí unas excelentes albóndigas de sepia), el menú “normal” me pareció correcto, sin más. Por la noche después del cine pasamos por el bar LA POLLA (Sant Antoni), un bar reseñado en El País (poca broma) por su tortilla y encurtidos. Correcto, sin más. No volvería.
Miércoles: GRANJA ELENA (Sants), una de las visitas más esperadas de este viaje. Una casa de comidas maravillosa. Fui acompañado de un amigo gourmet que conoce bien a Borja y nos pusimos en sus manos. Desfile de platos a cuál mejor. Imprescindible (110€ pp). Por la noche habíamos quedado con unos amigos que reservaron en COLMADO WILMOT (Sant Gervasi). Una taberna informal que parece está de moda y con razón: buenos platos caseros, sin florituras, y a un precio razonable. Me sorprendió una lubina fuera de carta muy sabrosa. Recomendable.
Jueves: había leído acerca de LANTO (Clot), un restaurante que ofrece un menú degustación de 5 pases por 20€ (de L-V). ¿En serio? Pues sí. Tres entrantes a compartir, un principal a elegir entre carne y pescado (yo elegí la gallineta a la brasa que estuvo espectacular) y un postre. Increíble pero cierto. Para cenar, tenía curiosidad por conocer el restaurante más antiguo de BCN, el CAN CULLERETES (Gótico). Sus platos tradicionales merecen la pena (canelones, capipota), el resto es prescindible. Una vez visto, no volvería.
Viernes: PRODIGI (Eixample) acaba de recibir su primera estrella Michelín y ofrecen carta y un menú semanal. Me encajó bastante esa propuesta así que fui a probarlo. Me ha parecido estupendo, tanto la comida como la experiencia en general. Muy recomendable. Por la noche unos amigos que no suelen salir a comer fuera se encargaron de reservar para 10 personas. Fue tan nefasta la elección que ni pongo el nombre del restaurante.
Sábado: él último día del viaje, el restaurante más esperado. Había leído mucho acerca del menú degustación de AÜRT (Diagonal Mar) y todo lo dicho es poco. Impresionante. Debería tener dos estrellas Michelín, una se les queda corta.
Una vez más vuelvo a Madrid maravillado del nivel gastronómico de Barcelona, ciudad que adoro y donde pasaría mucho más tiempo si pudiera. Aparte de una escapada de dos días en junio por un concierto, no descarto otro viaje gastronómico en el segundo semestre. La lista de restaurantes pendientes no deja de crecer.

