Un menú espectacular. Lo reseñaré más adelante, de momento pongo las fotos.

Un menú degustación con 17 pases, todos magníficos.
Naranja y botarga, un inicio impactante, preludio de lo que viene. sensacional y toda una declaración de intenciones, y el, de una tremenda limpieza como preludio de lo que viene.

Quisquillas de motril y shitake.

Remolacha con salsa de codium. El sabor terruno de la remolacha con el sabor a mar del alga. Irrepetible.

Perdiz y crema de caviar.

Pepino encurtido sin encurtir. La aparente sencillez de lo complejo.

Pera y piel de anguila ahumada. Uno de los platazos del año. Extraordinario.

Ajoblanco de coco con albahaca y piña. Uno de los pocos platos que no ha salido de la carta desde su apertura. Por algo será.

Apio y merluza. Con una particular espuma de pilpil. Quizá fue uno de los pases que menos me emocionó.

Pimiento verde y ostra lle d’Oleron asada. Otra arriesgada combinación de sabores.

Alga nori a la meunière.

Ortiguilla con nata.

Flor de calabacín en un agua de tomate.

Kiwi

Callos de bacalao con mantequilla de oveia y flores. Otro de los platazos del menú.

Chuleta madurada y vainilla. Es sorprendente lo bien que marida el sabor de la carne con el dulzor de la vainilla.

Lechuga, nata doble y vinagre de arroz

Y el último postre, el remate de un extraordinario menú, Huevo y coco.

Una última foto de resumen, con lo bebido, que no fue poca broma.
