La Tasquería es un restaurante lleva la casquería a la alta cocina. Como dicen en su web, “desde 2015 con nuestro lema #SomosCasqueros, cocinamos casquería incluso para gente que no le gusta la casquería.” Galardonado con una estrella Michelin desde 2019 el chef Javi Estévez cuenta además con otros dos restaurantes más sencillos, donde también se ofrecen sus peculiares preparaciones: El Lince y La Barra de la Tasquería, éste último ocupando el antiguo local de La Tasquería. Ofrece tres menús que van de los 55€ a los 110€, a los que se puede ir añadiendo los pases.



Comenzamos el menú con unos aperitivos:
Taco de morro de cerdo con encurtidos y antxoa.
Terrina de foie, papada ibérica y molleja de ternera.
Tartaleta de criadillas, queso Comté y tomate cherry.
Panipuri de ropavieja con bechamel.






El primer pase es una ensalada de hígado de ternera, con almendras y vinagreta de mostaza.

Su plato más emblemático, la cabeza de cochinillo confitada y frita que presentan partida por la mitad para cada comensal. Una curiosidad, más que otra cosa.

Como extra al menú pedimos uno de sus platos emblemáticos y que no estaba incluido: el taco de carrillera con carabinero, pico de gallo y mahonesa picante. Realmente bueno. Es un plato ya muy copiado en varios restaurantes y ya lo había comido antes. Aún así, la preparación de La Tasquería es sobresaliente.

Una cazuelita con Guiso de callos, pata y morro. Lo acompañan de una ampolla de plástico con salsa picante. Este plato me resultó decepcionante en un restaurante de este tipo. Ni siquiera estaban especialmente buenos.

Previo al postre, los habituales petit fours.

El postre fueron Fresas, albahaca y haba tonka. Acompañamos el postre con una sidra de hielo, que no había probado antes.


La cuenta fue de 212€ para dos personas. El menú cabeza en sí cuesta 55€, al que añadimos el taco de carabinero (16€ cada uno), una botella de vino Lalama (40€) y otras bebidas. A mí no me ha convencido, llevar la casquería a la alta cocina es desde luego una apuesta complicada, y le reconozco el mérito, pero creo que ningún plato me ha maravillado. No volvería.