Único restaurante en la capital de comida keniata. Como me gusta explorar cosas nuevas, vinimos a probar su oferta gastronómica. Era un dia festivo y aparte de nosotros solo había otra mesa ocupada.
Pedimos un plato de carne y otro de pescado para probar diferentes especialidades. El plato de carne era ternera estofada, que resultó bastante dura.
El plato de pescado era tilapia frita con salsa de coco, una especie de panga empanado, donde apenas se notaba el sabor de pescado.
Acompañan los platos con ugali, una especie de pan blando, similar al que se come en centro Europa.
La cuenta para dos personas fue de 52€ bebiendo agua. Desde luego un restaurante impresentable, tanto por la comida como por el precio. Para no volver ni recomendar a nadie.